Carlos Arroyo, nos habla de las carencias de las aulas en la
actualidad y el fracaso escolar en los alumnos.
Expone que a menudo cargamos
con la culpa a los alumnos debido al poco esfuerzo y tiempo que dedican al
estudio y a su mundo digital que les hace estar fuera del “planeta tierra”.
Y esta es la verdad aunque incompleta, ya que padres y profesores tienen también
parte de culpa en este fracaso.
Nuestro escritor se centra en uno de los
factores fundamentales del problema: el desfase metodológico y pedagógico. El aula, no responde a las necesidades de las
nuevas generaciones, todos los elementos que la componen se han quedado
anticuados excepto los alumnos.
El profesor permanece en el aula” inmóvil” pero
los alumnos no.Así, el docente año tras año imparte la clase de la misma forma
que le fueron dada él.
Las tecnologías han creado nuevos alumnos, que requieren de
nuevos métodos de aprendizaje. De manera que no basta solo con invertir en
tecnologías, si no que la inversión debe de estar dedicada a formar a profesores que dispongan de
recursos para dar juego a esas nuevas tecnologías.
En segundo lugar hace una distinción entre enseñanza y
aprendizaje y por último expone en qué tres grandes ideas debe basarse desde su punto de vista el cambio metodológico de la enseñanza española: 1/Aprendizaje significativo 2/ Inteligente integración de los recursos
tecnológicos y por último un equilibrio entre los trabajos y los exámenes.
El tema que se desarrolla en este artículo, ha sido muy
tratado en clase y creo que todos hemos quedado concienciados
de la importancia de “renovarse o
morir” en educación. Este es el único camino que debemos de seguir si queremos
que la educación sea un reflejo de las necesidades de nuestros alumnos.
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